sábado, 14 de noviembre de 2015

EN DUELO

Demasiadas veces no hay nada que decir. Porque sólo hay estremecimiento y llanto. Sólo hay dolor. Y es en momentos así cuando lo mejor es callar.

Lo peor se repite. Siempre. Porque Thánatos tiene toda la fuerza percibida por Freud. 

Las hienas actúan por instinto. El ser humano cede a la pulsión. Pero es libre y responsable de hacerlo. De todo el horror que supone sucumbir a la tentación fanática, de tanto daño que no llega a ser imaginable.

En nombre de la raza. Por orden del Führer. Por el "hombre nuevo". Por la patria o en nombre de Dios... lo peor pasa al acto. 

Pero tanta crueldad sólo es humana. Demasiado humana.





2 comentarios:

  1. Que difícil, Javier, el analizar nuestras pulsiones macabras..¿ que esconden dentro? . Un verdadero análisis psicosociológico ::¿ seria suficiente para acertar?¿se podrá hacer dicho analasis?¿ hay datos suficientes para abordarlo?.
    Lo que mas me asombra del drama de ayer, de hoy; es la frialdad en como lo hicieron y la simultaneidad del mismo, en varios frentes.y lo bien dotados que iban.
    Días muy tristes y nubarrones tenebrosos en el horizonte.
    Apertas agarimosos y enhorabuena por tus escritos, tan bien construidos ,ellos.

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    1. ¿Qué esconden dentro? preguntas. Esconden la muerte. La desean. Ésa es la pulsión que Freud descubrió. Y, desde ella, el afán de vida, Eros, puede ser sofocado muchas, demasiadas veces.
      No sólo la muerte como destrucción del otro; la muerte como anulación de todo lo amoroso, de lo que confiere ese sentido misterioso que supone vivir. Muerte de absurdo, muerte de repetición, muerte de vacío.
      La frialdad es natural, porque la pulsión de muerte real ni siquiera se alegra ni estremece por ella; nace y se agota en sí, en la estupidez macabra.
      Lo demás es estrategia cuantitativa. Se trata de ser eficiente matando, de que dé tiempo a una utilidad letal que impacte, que importe, a los que se daña.
      Dices "días muy tristes y nubarrones tenebrosos en el horizonte". Ésa parece la condena de la repetición de la Historia. Para conjurarla no basta con la educación informativa (no pocos de esos desalmados han ido a colegios de elite y eran universitarios), no basta con nada que pueda ser dicho, no hay información preventiva. Porque es en el fondo del alma en donde se encuentra lo mejor y también lo peor del ser humano. Y ahí... hay un tiempo para llegar. Limitado.
      Pero, por mucho determinismo biográfico que nos inunde, somos libres. Y libres y responsables han sido esos asesinos. Sartre hababa de la condena a ser libres. Ahí condensó magníficamente la aparente aporía: una condena pero ... a la libertad.
      Sin embargo, a pesar de los pesares, a pesar de todo el horror pasado, presente y el que vendrá, las fuerzas de la vida vencerán a las tinieblas que se perciben en ese horizonte. Ésa es la esperanza que nos sostiene en la construcción de la propia Historia.
      Un abrazo

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