tag:blogger.com,1999:blog-9186603017991089348.post1396195813209244803..comments2024-03-22T13:24:43.759+01:00Comments on CERCA DEL LETEO: RELIGIÓN. El olvido de la fe. ¿En qué creen los que creen?Javier Peteiro Cartellehttp://www.blogger.com/profile/17813776051750733758noreply@blogger.comBlogger2125tag:blogger.com,1999:blog-9186603017991089348.post-15522568501212900872017-01-07T20:10:13.257+01:002017-01-07T20:10:13.257+01:00Querido Gustavo.
Como siempre, tus palabras ilumin...Querido Gustavo.<br />Como siempre, tus palabras iluminan.<br />Diferencias algo que se nos podría pasar por alto. No es lo mismo, como dices, la compasión que el perdón. Hay actos "que no prescriben". Bueno, Orígenes era demasiado bondadoso o ingenuo para pensar (contra la Iglesia) que hasta Satanás sería perdonado. Pero, como indicas, se compadece a alguien, no al universo. <br />Hay algo que me parece especialmente relevante, siendo importante todo lo que dices, y es la necesidad de compadecerse a uno mismo en el sentido realista, algo que parece difícil de hacer sin un análisis que muestre el extraordinario poder de lo superyoico.<br />Con mi gratitud por tus sabias palabras, recibe un fuerte abrazo<br />JavierJavier Peteiro Cartellehttps://www.blogger.com/profile/17813776051750733758noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-9186603017991089348.post-47302240426367291532017-01-07T20:03:40.761+01:002017-01-07T20:03:40.761+01:00Querido amigo: aún no he visto la película de Scor...Querido amigo: aún no he visto la película de Scorsese, uno de mis directores favoritos, pero desde luego tu comentario es estimulante, y redobla mi deseo de ir al cine. <br />No obstante, me detengo en la “compasión”, el rasgo humano por antonomasia, que tú señalas. ¿La hallamos también en los animales? Su comportamiento muchas veces lo sugiere, pero es frecuente que atribuyamos a los animales vivencias y sentimientos que en realidad son proyecciones de nuestro propio mundo subjetivo. Desde luego, es indudable que la crueldad no existe en el reino animal: solo en el mundo de los humanos. Por ende, la compasión -como su antítesis y su antídoto- no podía menos que ser algo específicamente propio del ser hablante. <br />La compasión es mucho más que una virtud, como de algún modo lo dices en tu comentario. Es uno de los pilares de la ética. No es algo que obedezca a la educación, ni a la ilustración moral del individuo. La compasión surge a partir de una elaboración compleja, mediante la cual el sujeto logra reprimir sus tendencias destructivas. La compasión debe no solo dirigirse a los otros vivientes en general (humanos y no humanos), sino incluso a uno mismo. El sujeto sometido a la crueldad de un superyo inflexible no solo será terriblemente infeliz, sino que probablemente no podrá impedir ejercer esa crueldad en sus semejantes. No es preciso profesar fe alguna para ser compasivo, puesto que la verdadera compasión, la mano tendida hacia todo ser que se muestra en su desamparo radical, puede surgir sin necesidad de creencia alguna. Tan solo la empatía con el dolor del otro, con el dolor de quien ha quedado en la intemperie de la vida. No todos la merecen. La compasión solo tiene valor cuando no es universal, sino cuando es selectiva. La compasión universal puede confundirse con el perdón, y no todo ni todos pueden ni deben ser perdonados. Hay actos que son inapelables, que son imperdonables por toda la eternidad. Que no prescriben. La única manera de no abaratar la compasión y el perdón es saber a quiénes debemos elegir. No es una elección sencilla, y por supuesto los criterios son absolutamente discutibles y polémicos. <br />Un abrazo,<br />G. Anonymousnoreply@blogger.com