CERCA DEL LETEO.
Las aguas del Leteo están próximas. Impulsados por la sed
tenemos la tentación de acercarnos a beber, aunque sabemos que quizá no sea la
opción conveniente, que Mnemosine también aguarda.
La dulzura del olvido acaecerá si sucumbimos a ese deleite.
Quizá tenga razón Nietzsche: “Seelig sind die Vergesslichen”. Pero ese olvido
puede ser nefasto. El Leteo es propiamente letal.
Tal vez no sea necesario esperar a ver el gran río. Tal vez
sea mejor olvidar antes mediante el recuerdo, un recuerdo inviable en soledad (¡ay
del solo!, dice el libro sagrado). La sabia expresión de Freud implica ese oxímoron
aparente: “wo Es war, soll Ich werden”. Y es que uno no puede hacerse sin
memoria, pero tampoco sin el olvido que esa memoria paradójicamente permitirá.
Muy interesante la línea que sigues Javier. La mitología es una buena superficie para dejar en evidencia la simpleza del cientificismo que nos rodea. En sus escenas abundan las paradojas y problemas, que pueden conducirnos a la reflexión sobre aspectos claves para el psicoanálisis.
ResponderEliminarUn saludo
Gracias, Sergio.
ResponderEliminarSí. La mitología es un buen punto de partida para la reflexión.
El cientificismo sería, creo yo, un retorno al mito pero en la peor forma, casi como cuento infantil dulcificado.
Un saludo.
Javier