Lo poético resuelve la contradicción.
”La vida es eterna en cinco minutos” cantaba Joan Baez. Cantaba
algo que escribió un hombre a quien cortaron dedos y lengua… porque escribir y
cantar es terrible y temible para los bárbaros servidores de un tirano. Da
igual que ese amo sea alguien concreto, un ente incorpóreo o un ideal
religioso.
La vida es eterna en cinco minutos, pero también puede serlo
en diez o en uno, o en un segundo. En mil años o en un nanosegundo. Porque lo eterno supone
estar fuera del tiempo. En la canción se muestra la clave de esa eternidad: no
es la duración de un estar sino la inefabilidad de un ser en el amor. Cuando
dos miradas se cruzan en un instante amoroso todo se funde y Dios existe. Y la
eternidad. Y el cielo… And nothing else matters, como canta Metallica.
Basta con un beso, aunque sea el último, como indica esa preciosa canción de Rammstein
(Nebel) “…Der letzte Kuss. Er
erinnert sich nicht mehr”.
Sólo una cosa es necesaria, decía Jesús, ese judío
apocalíptico y peculiar. Y también que la verdad nos haría libres. Pero nunca
se le ocurrió indicar qué cosa era necesaria ni qué era la verdad. Y es que sólo
si uno olvida su vida y renace en su recuerdo puede saberlo y, en ese caso,
¿para qué decirlo? Ya se encargará el viento de hacerlo, que para eso sopla
donde quiere, sin que nadie sepa de donde viene.
Ser seres hablantes significa mucho más que hablar. Supone algo
que suele ignorarse, la posibilidad del silencio, del vacío que deja penetrar
el susurro amoroso, eterno… cuando nada hay y esa nada todo lo llena.
En la palabra está la salvación cuando, curiosamente, la
palabra misma
no se expresa y la vida retorna a su origen. En la palabra callada
podemos ser dichos.
Spiritus ubi vult spirat, como citas - es el logos creado, y está en todos nosotros, o más bien es lo que somos... no solamente Jesucristo. El cual dijo que 'la verdad te hará libre', según nos recuerdas - y también 'El Padre y yo somos uno' - . En la realidad suprema o Inteligencia suprema no puede haber distinciones ni dicotomías - tampoco cambio o mutabilidad, puesto que es 'timeless'.
ResponderEliminarGracias por su comentario, Alberto.
ResponderEliminarEs una frase preciosa la que citas y a la que traté de referirme. Creo que es aceptable independientemente de cualquier creencia.
Pero también me parece inimaginable, aunque pueda ser accesible a la mística, una realidad “timeless”. Por decirlo de modo un tanto burdo, ni en la Biblia ni en literatura o pintura relacionadas con un más allá se excluye el tiempo. Lo supone Dante y también El Bosco. Y en algún lugar de la Biblia se habla de coros angélicos. Esos ángeles no podrían cantar sin tiempo.
A Creación é un proceso necesariamente temporal. Implica unha distinción entre o "antes" do creado, e o despois do creado -frecha psicológica do tempo-, de frito a Creación distribúese en días -unidades temporal-. Os años, os arcanxos, non don entidades corpóreas, non pertenecen M1, en termos do materialismo filosófico e polo tanto non precisan de descrición espazo-temporal.
ResponderEliminarMoitas grazas polo teu comentario, Lois.
ResponderEliminarSe por Creación entendemos o Big Bang, con el nacería o propio tempo. É dicir, non tería sentido falar dun "antes" do Big Bang.
Creo que ante a pregunta sobre que facía Deus antes da Creación, San Agustín respondía que crear o inferno para os que preguntaran tal cousa. Non sei ata que punto iso é certo ou é mera lenda.
Os anxos, en caso de que existisen, non precisarían, efectivamente dunha descrición espazo-temporal, pero esta si parece necesaria para que haxa canto ou música.