Es probable que los directivos de
empresas que hubieran participado en el cancelado MOBILE, sean más
inteligentes que una alcaldesa y políticos varios, sean del signo
que sean. Curioso que no hayan venido.
La
parsimonia con la que ya se está insistiendo en España con respecto
al coronavirus empieza a ser inquietante y parece un atentado a la
inteligencia. Y que la OMS no le llame a esto pandemia solo es
comprensible en línea con otras bobadas de ese organismo, como su
vieja definición de salud (con la que entra en contradicción, por
otra parte).
No
parece que estemos ya ante un goteo de casos como si fueran goles que
nos mete el coronavirus. Es probable que, de hacer un muestreo aleatorio a un número elevado de personas (pongamos mil, por
ejemplo) que no hayan estado en contacto con viajeros de Italia,
China o Corea del Sur, nos encontrásemos con un porcentaje no
despreciable de positivos. Ignoro si se ha hecho algo así; no lo he
visto. Parece que seguimos instalados en la fantasía de la
contención, con el trabajo implícito que es justo reconocer en la
detección de positivos en contactos de contactos…
Algo
que tiene mucho mérito pero que las circunstancias parecen
desbordar.
No
procede banalizar esto. No es una gripe. Parece contagiarse más y matar más.
Solo
sabemos que es un virus RNA contagioso, nuevo (eso fastidia mucho),
que puede mutar, etc. y que puede pasar desapercibido o llegar a
afectarnos seriamente los pulmones e incluso matarnos. Bueno, ya se
nos dice que eso pasa si hay enfermedades de base (se incluyen
curiosamente la hipertensión y la diabetes, que no parecen
especialmente raras) o si uno es viejo (más de 65 por aquello de la
tercera edad), en un discurso que tiene inconscientes tintes
segregacionistas que nos evocan, a mentes perturbadas, un cierto
recuerdo de la "pureza" nazi. Podemos estar tranquilos. Basta con ver
en la tele imágenes de jóvenes “cuarentenizados” que parecen
felices como perdices.
A
la vez, desaparecidos los horrores imaginados ante un potencial
ataque vírico de los americanos a los chinos (que se les volvería
en contra, cosas de los virus), del escape de un laboratorio chino
(que son muy malos) o del interés de la perversa industria
farmacéutica y demás estupideces, hemos entrado en una fase de
idiotez opuesta, la de suponer que no pasa nada, que esto es una
gripe y se acabó. Bueno, también se llamó así (y con el
calificativo de “española” por aquello de la falta de censura
aquí) a la pandemia de 1918. Y hubo gente que se murió (solo unos
cuantos millones).
Ah,
pero tenemos un excelente sistema sanitario. Eso dicen, aunque los
médicos que trabajan en Atención Primaria no lo vean así en
absoluto. Tenemos un sistema tan bueno que no se contempla que haya
bajas del personal sanitario que afecten a todas las enfermedades que
en él han de ser atendidas. ¿Qué pasaría si el virus deja fuera
de combate unas semanas solo a un 5% de cirujanos? ¿Qué pasaría si
los médicos de familia son diezmados por estar en primera línea? ¿Y
si nos quedamos con un personal de enfermería reducido que no pueda
con lo que se viene encima? Quizá la triste experiencia de un
microcosmos, el hospital de Verín en Ourense (llamado “hospital”
incluso cuando no podían atender partos), se generalizara algo.
Sabemos
cómo nos podemos contagiar. Ese virus anda danzando por ahí y así
lo respiramos o lo tocamos. Es de una obviedad innegable que viajar
en avión, barco, bus o metro, o que participar en reuniones
relativamente masivas facilita posibles contagios (en esto sí que se
parece y mucho a la gripe). Es de sentido común que todo lo que sea
“tele” (tele-trabajo, tele-educación, tele-medicina,
tele-”loquesea”), al permitir la dispersión, evitaría una
fracción de contagios.
¿Es tan difícil promover aislamientos en
una época favorable a ellos? Pues así lo parece. Todos a hacer vida
normal, yendo al fútbol, a las Fallas o a la Semana Santa.
No
damos aprendido. A pesar del ateísmo creciente, la Biblia parece
tener más fuerza mítica que nunca en la cosmovisión
antropocéntrica. El hombre dio nombre a los animales y cuida la Tierra. Constantemente se oye hablar de salvar el planeta,
controlando el cambio climático, el vertido de microplásticos, etc.
Todo ello loable. Pero el problema lo tenemos en que no somos la
única especie, ni nosotros ni las que nos sirven de comida o
compañía. No somos los salvadores. Hay muchas especies vocadas a
eso y el planeta quizá acabe salvándose a sí mismo haciendo que la
población humana decaiga de más de siete mil a menos de tres mil
millones de personas, por ejemplo. Así, adiós a tanta contaminación,
deforestación, calentamiento global, etc.
Y un virus puede ser el
dramático “salvador”. No necesariamente éste; otro cualquiera
porque no aprendemos ni de lo que llevamos de este siglo. No es
necesario remontarse a otros tiempos como el siglo XIV (claro que
entonces no era un virus y eso ahora nos parece mucho más fácil).
Hola JAvier,
ResponderEliminarAhora sí que me empieza a preocupar. He estado esperando tu reflexión, la única a la que puedo dar crédito para orientarme en este pandemia infoxicativa. Lo cierto es que me importa poco de dónde salió y las teorías disparatadas que andan por ahí sobre el dichoso virus, pero sí que necesitaba escuchar una voz autorizada sobre el nivel de gravedad del asunto, ahora sí.
Gracias JAvier
Muchas gracias a ti.
EliminarUn abrazo
Algo de aparición reciente.
ResponderEliminarCancelado el mayor encuentro de Física (the March Meeting of the American Physical Society (APS))
https://www.nature.com/articles/d41586-020-00609-0?utm_source=Nature+Briefing&utm_campaign=63fd5d9973-briefing-dy-20200302&utm_medium=email&utm_term=0_c9dfd39373-63fd5d9973-43269073
Yo sigo sin entender....si ya esta aqui entre nosotros....que hacemos? Hacemos cuarentena todos..... nadie....alguien volvio hace 10 dias de Italia....hizo su vida normal....de pronto a cuarentena porque si y para colmo estuvimos en la misma caja del supermercado.....yo tambien en cuarentena....y mis colegas en el trabajo...y sus familias.....no entiendo
ResponderEliminarEn su lugar, yo lo consultaría al médico de familia. En función del contexto, sería su médico quien pudiese orientar sobre su caso concreto. Al margen de esto y de las molestias que pueda producir la cuarentena o la incertidumbre de no pasarla (todo en función de lo que diga su médico), la parte más aceptable de esta epidemia es que suele pasarse sin mayores consecuencias en la gran mayoría de casos.
EliminarUn saludo.
Si. Estou de acordo. Inda que a fame e o ébola están matando máis non sendo noticia, isto pode diezmar o Globo.
ResponderEliminarGracias por el comentario.
EliminarTodo es relativo, desde luego. Nos preocupamos por el coronavirus a la vez que vemos a un montón de gente a las puertas de Europa escapando de lo peor, y no se trata de un virus. A la vez, es bien cierto que, si pasáramos el hambre que azota a muchas regiones de este mundo, lo del virus ese sería también un tema menor.